Sesudos científicos del MIT dirimiendo en torno a la objetividad del ensayo que halló la partícula de Higgs.
El pasado sábado día 2 -casi todos los Santos- se disputó en la megalópolis de Torrellano
(en el estado no septentrional de Elche) uno de los
torneos más amenos de la historia del Elche Poker Club. La cerveza y el buen
rollo estuvieron presentes toda la tarde, y no faltaron unos esquisitos
minicroissants saladitos de cocina casera que una amable camarera repartía con
una afable sonrisa por las mesas. Nunca había estado en este local, pero
recuerdo que cuando llevábamos media hora de juego tuve que preguntarle a uno
de los dueños “¿Es que no tenéis música mala aquí?”. Realmente acogedor el
entorno.
La jornada empezó con 3 mesas de unos 8 trabajadores cada una, y la
primera en caer fue la loca Sargantana que andaba un poco despistada ese día.
No puedo contar mucho de las demás mesas porque no estuve, pero de la mía puedo
destacar una mano en la que el magnífico Josan me hizo un call con K high en el
river, pagando así varios barrels contra mi robo: menos mal que me obligó a
enseñar mis cartas, porque yo quería muckear y ni me había dado cuenta de que pinché unas
jugosas trips.
Ya en la mesa final, los stacks andaban cortos -no así los snacks- y poca magia
se podía hacer, el murciano monstre Bubu –quien a mi juicio y al de otros
participantes fue el mejor jugador del torneo- tuvo la mala suerte de toparse
dos veces allin preflop contra mi mano dominada, que milagrosamente salía
airosa tras el river.
Francis se quedó a las puertas de los premios, el Rey Jordi
se volvió a casa con un buen chingo de lana –las vueltas y unas cañas- y
finalmente nos quedamos en el heads up el ponderado Manolo y un servidor –no sé
hasta qué punto un inútil puede considerarse servidor. Antes de jugar una sola
mano, empatados a fichas, el partido que iba a comenzar del Madrid se puso
sobre el tapete y no hubo otra cosa que hacer que pactar sensatamente unas
tablas, espliteando el premio, dándole a Manolo su primera –que yo recuerde- victoria
en un torneo del EPC, aunque compartida.
Los jugadores eliminados pudieron echarse un par de sit & goes para bregar por unas camisetas y sudaderas del local, que como podía ser de otra manera se llevó ambos el magnánimo Josan.
Una tarde memorable que nos dio a conocer el que es
probablemente el único local del Reino del Bajo Vinalopó donde no ponen música
mala.
Adjunto el resultado final:
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