jueves, 12 de febrero de 2009

NINGUNA SALA DEVUELVE RAKE



“A menudo lo noble no es lo bello
ni el camello peor el más barato.”
JOAQUÍN SABINA







A menudo escuchamos por ahí frases del tipo: “Este mes he ganado 5.000$ en las mesas y 2000$ en bonos”. Hacer este tipo de distinción es correcto desde el punto de vista de nuestro nivel de aprendizaje. Es decir: si después de una muestra representativa de manos en un nivel determinado, no hemos ganado nada en las mesas y sí mucho en concepto de bonos o rakeback… podemos estar seguros de que no somos mejores que nuestros rivales y que no estamos jugando bien, aunque el beneficio del mes hayan sido, por ejemplo, 1.800$. Ahora bien, si al dividir ese dinero entre las horas empleadas nos sale un ratio $/h acorde con nuestras necesidades, nadie puede decirnos que estamos haciendo el indio (pero sí pueden decirnos que estamos haciendo “el español”. Recuerde el lector que cuando en el s. XVI los españoles expoliaron América, después malvendían esas riquezas a Europa, de modo que los europeos se mofaban de nosotros diciendo “España es las Américas de Europa”.)

Todos sabemos que el dinero que la sala nos devuelve en diversos formatos procede del rake que nos “roba” en cada bote. Pero si no nos paramos a pensar fríamente, seguiremos pensando que ese dinero extra que nos dan es como llovido del cielo, como regalado, y eso no es así. Lo que quiero decir es que si la sala nos quita un 5% en cada bote, y después reparte un 2% en bonos y se queda el 3% restante, pues simplemente tenemos que pensar que el rake de esa sala es un 3% y no un 5%. Por tanto el dinero de los bonos no es llovido del cielo, es dinero que realmente hemos ganado en las mesas, dinero que le hemos ganado a los demás jugadores. Todo esto parece una perogrullada, pero creo que es muy importante considerar los bonos a la hora de cambiar de sala (actitud que recomiendo enfáticamente para fomentar la guerra de bonos entre salas, hasta el extremo de que se queden ellas breakeven una temporadita). Hay salas muy guapas y famosas que no dan un duro por ti, y hay salas-tugurio muy jevis que te ponen la música que les pidas y se quitan lo de arriba.

Lo que intento transmitir es que el dinero que te devuelven en realidad ya era tuyo, te lo habías ganado con tu sudor en las mesas, es decir que en realidad no te han devuelto nada, y que si todas las salas devolvieran la misma cifra no habría distinción alguna. Lo que bebemos por el pitorro pequeño del botijo siempre es menos de lo que entra por el grande. Luego sólo podemos decir que una sala te devuelve rake cuando te devuelve más que otra sala. Todo es relativo, como decían en la hilarante película argentina “El viento se llevó lo que”.








Conclusiones:

1-Nuestra fuente de ingresos es doble: mesas y rake “devuelto”. Optimizar las ganancias no es sólo aumentar el winrate bb/100, es mucho más: es la resulta de optimizar la suma entre las dos variables: $ en las mesas y $ de rake “devuelto” en la forma que sea. Hay salas con menos y peces y más bonos, y también viceversa: nuestra decisión ha de ser la óptima. De este modo habremos logrado maximizar el numerador del ratio $ / hora, y ya sólo falta minimizar el denominador.

2-A menudo se le da mucho importancia a la elección de mesas, pero quizá sea mucho más importante la elección de sala, ya que es más fácil encontrar un conjunto disjunto dentro de un conjunto de conjuntos disjuntos que se contienen a sí mismos, que no en un conjunto de conjuntos normales que contienen subconjuntos para normales. La famosa paradoja del barbero quizá lo aclare un poco más.

3-En términos absolutos, ninguna sala devuelve rake; en términos relativos, unas salas devuelven más rake que otras.

4-Con un ligero retraso de cinco siglos, acuñamos la expresión “hacer el español” como voz peyorativa, cuya gradación estaría intelectualmente muy por debajo de “hacer el indio”.