domingo, 8 de junio de 2008

LOS MONEGROS Vs LAS VEGAS


Castejón de Los Monegros es un pueblecito perdido en el gélido desierto de Huesca. Sus escasos 600 habitantes viven esperando que se materialice la noticia que se masculla tiempo ha entre ripios, azarbes y azadas: el complejo de ocio y vicio más grande del mundo. La inversión rondaría los 15.000 millones de euros, que multiplica por 10 la de la Expo 2008. Su ubicación no ha sido elegida al azar: a nivel nacional, está muy cerca de Madrid, Barcelona y Valencia. A nivel europeo, está a tiro de piedra de los ludópatas franceses y algo mejor: está en España, es decir, el Benidorm de Europa. Creo que es el tipo de reclamo que complementa a la perfección la ya amplia oferta turística peninsular.

Pero ni es oro todo lo que reluce, ni hez todo lo que apesta: existen detractores al proyecto. Desde algunos grupos políticos dicen que esto no favorece al cambio climático, y que no es mediambientalmente sostenible. Los simpáticos lugareños responden que lo que no es sostenible es que dentro de 10 años queden 3 abuelos en el pueblo.

A continuación, una imagen de la maqueta del proyecto. No tengo palabras para describirla, sólo sé que si algún día vienen alienígenas a conquistarnos desde el espacio sideral, quizá se echen para atrás cuando vean esta imagen. También sé que el día en que esté terminado, Las Vegas quedará a la altura del betún.


La ilusión invade fervorosa a los pocos habitantes del lugar: los agricultores ya se ven cambiando la boina por la visera de crupier, y la azada por un martillo pilón para romperle los dedos a los tramposos.

2 comentarios:

juan dijo...

Vivaaa, vivaaaa Los Moneeegrooos.

juan dijo...

Quizás dentro de poco sepamos si esto se convierte en realidad o si solo eran señales de humo de los indios allá en lo alto del cerro.

Últimas publicaciones: Gran Scala o gran estafa

Puede que sea hez, pero carísimos perfumes se fabrican también con excremento entre sus ingredientes, y se venden y se huelen y excitan...

Mientras sean los ricachones de fuera los que vengan a corromperse, a dejarnos sus ganancias en nuestro país, a ayudarnos a prosperar y, con los beneficios de las fiestas, desarrollemos una sociedad más autosuficiente... ¡de fenómenos!

Así que a acicalarse toca. Hay que engatusar a muchos con un agradable tufillo, pues así todos acudirán gritando: "¡millones de moscas no pueden estar equivocadas!" Y mientras tanto nosotros nos repartiremos la caja.

Eso sí, si lo que piensan es venir a forrarse y no dejarnos ni un duro, nosotros debemos ser los que gritemos:

¡¡¡GREEN GO HOME!!!