miércoles, 1 de julio de 2009

CÓMO CONVERTIRSE EN UN PERDEDOR CONSISTENTE

Algunos nos han hablado de sus ingresos constantes en el póquer, y muchos nos cuentan los altibajos que sufren, las ganancias desorbitadas en un día y las pérdidas desaforadas en una mala racha de varios días (downswing). Todos hablan de las cosas que tenemos que hacer y dejar de hacer, de la preparación física y mental, de la actitud y la aptitud para ser un ganador consistente, pero todavía nadie se ha preocupado por lo más importante para nuestra economía: cómo llegar a ser un perdedor consistente.



La perspectiva que aquí se plantea no es baladí: se trata de llegar a la Verdad mediante el vetusto procedimiento de Reducción al Absurdo. Es decir, una vez que sepamos qué actitudes y aptitudes nos llevan a perder por sistema, entonces haremos todo lo contrario (o no…).

Perder es fácil, pero perder por sistema es tremendamente trabajoso. Pensemos que un jugador ganador, sale en positivo sólo el 55% de las sesiones que juega, esto quiere decir que el restante porcentaje lo gana un perdedor. O sea que un perdedor saldrá en positivo casi la mitad de los días (este es el principal secreto de la rentabilidad del póquer: un perdedor puede ganar durante un tiempo, y pensar que está jugando bien, después se pasará la vida perdiendo en altibajos y lo achacará a una mala racha). Así que para soslayar esta fuente de confusión es de vital importancia idear un procedimiento para perder al menos el 70% de las sesiones, lo cual ya constituiría un éxito rotundo, un verdadero acierto.

Insisto: ser un perdedor sistemático no es nada fácil, es una ardua labor que requiere paciencia, disciplina, diligencia, dedicación y afán. Prueba de ello son los pocos que se han arruinado en juegos de azar: si consideramos que el 100% de la población española (44 millones de personas humanas y un presidente acéfalo) ha echado alguna vez una quiniela, bonoloto, primitiva, los ciegos, lotería de navidad, ir al bingo, máquina tragaperras, juegos de cartas, etc… entonces veremos que el % de arruinados por deudas de juego es matemáticamente insignificante, es un cero a la izquierda de la nada. Todos ellos son perdedores consistentes (participan en juegos de EV negativa) y nunca podrán ganar a la larga (incluso al que le toca la lotería, ese pierde la esperanza, la esperanza de volver a ganar –salvo que tengas mucho dinero negro, ya que entonces la lotería te toca todos los años-), pero sólo “Los Elegidos” (The Chosen Ones) se arruinan como es debido -con rigor estocástico-, el resto lo considera una inversión en divertimentos de la vida, una inversión que les sale infinitamente más barata que fumar o ver la tele. Con respecto a los que se arruinan con rigor estocástico, cabe decir en su contra que el mérito no es íntegramente suyo, ni tampoco del malvado juego al que juega: la inmensa mayoría de casos van asociados a trastornos de la personalidad, combinado con alcoholismo, incultura, genes predispuestos, etc… De algún modo, debemos alegrarnos de que estos sujetos focalicen toda su energía en el juego, ya que dichos rasgos suelen ser los mismos que tienen los que le pegan 54 puñaladas sin ensañamiento a su ex.

Es decir, que hay que ser un auténtico fuera de serie para perder consistentemente: hay que estar en el más allá de las colas de la campana de Gauss. Pensemos, por ejemplo, que acertar 3 resultados en una quiniela es más difícil que acertar 8. Estos son los usos aviesos de la razón y el embeleso de la probabilística. Igualmente, si llevo T2o y el villano me enseña su AKs, yo le diré que sí, que acepto su apuesta, que voy all-in (siempre y cuando me cuadre la matemática de las pot odds). El neófito dirá: “¿pero cómo vas a ir, si lleva una de las mejores manos y tú una de las peores?”. La jugada es contraria a lo que llaman sentido común, pero es matemáticamente correcta: luego es correcta. Con este ejemplo quiero decir que muchas veces acertamos por error, y otras nos equivocamos acertando. Se pretende aquí, pues, no acertar ni por error.

La presidenta de Microsoft en España –una tía lista de verdad, da gusto oírla hablar- dice que ella valora más en el trabajador la actitud que la aptitud, pero que ambas son necesarias. Siguiendo las directrices de la empleada del bachiller Gates (nunca terminó la carrera), hagamos un inventario de actitudes y aptitudes necesarias para ser un perfecto fracasado en el póquer. Hete aquí los 20 mandamientos a seguir en la difícil y extra-ordinaria tarea de convertirse en un perdedor sistemático y consistente. Es verdad que hay gente que pierde consistentemente sin proponérselo, pero para eso hace falta un talento natural, hace falta una especie de don, un “algo” que cuentan que muy pocos jugadores del mundo tienen, muy similar a lo que hace falta para ganarle a Gus Hansen, muy similar a lo que ocurre con la diferencia entre la locura y la genialidad. Luego, se excluyen aquí directrices para los perdedores portentosos (bienaventurados los borrachos, porque ellos verán el river dos veces), y se ofrece un sistema -Mi Sistema, que diría Aaron Niemzowitch- para los que empiezan o para los veteranos estancados en un nivel:


1.No leerás.
2.Jugarás sin posición.
3.Leerás, pero no estudiarás ni releerás.
4.Jugarás sin posición.
5.No respetarás la matemática del bankroll.
6.Jugarás sin posición.
7.Te animarás cuando ganes, y te desanimarás cuando pierdas.
8.Jugarás sin posición.
9.Te conformarás con lo que ganas.
10.Jugarás sin posición.
11.Harás muchos calls.
12.Jugarás sin posición.
13.No repasarás las manos ganadoras y perdedoras.
14.Jugarás sin posición.
15.Te considerarás a ti mismo como un buen jugador.
16.Jugarás sin posición.
17.Escucharás música, chatearás, fumarás o verás la tele mientras juegas.
18.Jugarás sin posición.
19.Harás check-raise-bluffx3 en el river porque evidentemente el villano hizo check-behind pot control en el turn debido que el flop salió de raggs y tú habías tres-beteado preflop UTG+1 aprovechándote de tu imagen loose de las manos anteriores (porque claro, el menda era un 22/18 en cincuenta y siete manos que por encima de todo quería subir la gráfica del NSDW): es decir, que la maraña de información te haga perder el sentido común de que tu pareja de ases no es más que una simple y cochina pareja, que pierde frente a casi todo (dobles, trío, escalera, color, póquer y escalera de color) , empata frente a pareja de ases, y sólo gana a manos que no deberían haber llegado hasta aquí, y que si han llegado es porque el bote es minúsculo.

20.Jugarás sin posición.


Como en el imperativo categórico kantiano, como la máxima de Confucio, como la reducción de Descartes, como el “echarle dientes” de la Pantoja, podemos sintetizar los 20 mandamientos en uno solo: no estudiarás. No estudiar es el primer motor inmóvil del que emana todo lo demás; no estudiar es la causa incausada.

6 comentarios:

KOLMOGOROV dijo...

Sencillamente genial.

Albert Tortajada dijo...

Pero... ¿la posición es importante?

DOORMANGORE dijo...

Estoy hasta las pelotas de oir hablar de ello, y al fin voy a preguntarlo, sin ambajes y sin vergüenzas: ¿QUÉ COJONES ES LA POSICIÓN?

PD: muy buen post!!

Dits Bruts dijo...

Gracias, Desplumao.
Bidan, muy irónico: tú, Sabina y Boltrok harías buenas migas.

Doormangore: la posición es lo que diferencia al que gana dinero del que pierde dinero, así de sencillo. Se entiende por tener la posición o por jugar en posición a ser el último en hablar desde que se vuelca el flop. Da igual que estés a mitad de mesa o al final, lo importante es que hables después del villano, que él hable primero. Si habla primero, se delata, es decir, sabrás su idioma: alemán, inglés, español, guaraní, etc. Una vez sabes su idioma, le respondes en el idioma que te dé la gana, que no te va a entender. En resumen, que el último en hablar es el que más información tiene, y como el póquer es un juego de información incompleta, pues cuanto más completas tu información menos juego es el juego. Es decir, menos depende del azar y más del saber.

Por eso estás hasta los cojones de hablar de la posición, porque es tan importante que hace que el valor de las cartas no sirva de mucho para ganar la mano o para perder lo menos posible. Cuenta la leyenda que Annete Obreastted ganó un torneo de 300 personas sin mirar sus cartas, sólo jugando con posición. Pero claro, la posición no sirve de nada si no entendemos el idioma del villano, por eso los políglotas están tan bien pagados.

KOLMOGOROV dijo...

Lós científicos de la foto, ¿Qué están midiendo? ¿Os habéis fijado bien en la expresión del tipo del fondo?

Dits Bruts dijo...

La cinta que sostienen en la mano es del del encefalograma de un jugador que se considera a sí mismo un buen jugador; con aquel experimento lograron demostrar que registra menos actividad que el sismógrafo de Soria.

El científico del fondo es un sobrino bastardo de El Fari (me refiero a El Fari científico, no al cantaor -véase Faemino y Cansado).